Autores: Ing. Juvencio Molina A / Ing. Oswaldo Gómez A
Ríos de tinta azul y roja has sido el resultado de la última pandemia a la que ha sido sometida la población mundial.
Un virus proveniente de la ciudad de Wuhan en China denominado SAR-Cov-2 ha infestado a más de 150 países gracias a su extraordinaria capacidad de contagio y a su vertiginosa propagación por los medios terrestres, marítimos y sobre todo aéreos internacionales.
Afortunadamente para la vida de las personas, los mercados y la economía mundial, el virus se está comportando de la forma estadística prevista y se encuentra ya en etapa de remisión.
El mundo ha logrado hasta la fecha controlar los picos de la pandemia en los distintos países en base al distanciamiento social evitando colapsar sus sistemas de salud y ahora el mundo cifra sus esperanzas en una potencial vacuna, en un fortalecimiento de los sistemas inmunitarios de las personas y en una futura inmunidad colectiva.
En el otro lado de la balanza, esta pandemia ha colocado a las economías occidentales y asiáticas en “cuarentena forzosa” lo que ha dado lugar a que afloren a la luz pública una serie de hechos que eran poco conocidos pero que se venían gestando en los últimos años entre ellos el más importante es el de la Globalización.
El fenómeno de la globalización de las últimas décadas permitió importantes avances en el combate de la pobreza y el subdesarrollo a una serie de economías, sobre todo asiáticas las cuales, a pesar de carecer de materias primas ofrecieron una mano de obra “barata” y una población disciplinada, logrando el milagro económico de saltar a la modernidad. Los más claros ejemplos son los de China, Corea del Sur, Singapur, Hong Kong y Taiwán a los cuales, han seguido otras economías como las de Malasia, Tailandia, Vietnam y la India, todas ellas con capacidades asimilables gradualmente por los mercados internacionales.
Este fenómeno se salió de control cuando el exponencial crecimiento de la economía china entró en el juego. Es entonces cuando la producción de bienes se multiplica de una forma cada vez más acelerada y estos bienes penetran en todos los mercados occidentales desplazando a los pocos productores locales que aun sobrevivían.
La penetración china, a la que muchos han denominado la fábrica del mundo, genera desbalances de tal naturaleza que muchos países de Europa y en menor medida los EEUU, ven afectados el desenvolvimiento de sus economías manufactureras locales, llegandose incluso al desplazamiento a manos de los chinos y lo que es más relevante, ven amenazadas su soberanía en sectores críticos como el de suministro de insumos para sus sistemas de salud.
El extraordinario crecimiento económico le impone a China necesidad de actuación geopolítica para consolidar y defender sus intereses a lo largo y ancho del mundo. Es notorio el cambio en el accionar de la política exterior china al pasar del arte de gobernar y de manejar sus relaciones internacionales en formas enigmáticas y discretas, definidas bajo el mandato de su antiguo líder, Deng Xiaoping, como «esconder la fuerza y aguardar el momento«. Ya no es así, ahora China actúa abierta y agresivamente aplicando políticas de “arrope” principalmente económico, comenzando a mostrar brazo militar. Las actividades diplomáticas dirigidas a mejorar la imagen y el posicionamiento se muestran de manera resaltante en los escenarios regionales y mundiales, ejecutado por los cuadros de diplomáticos chinos conocidos como los “Guerreros Lobo”. Ese accionar se corresponde con la nueva fase de implantación de la política de estado de la China continental para ser reconocida como la potencia dominante de Asia con el objetivo a mediano – largo plazo, llegar a desplazar a los EEUU como la primera potencia mundial.
En la prosecución de sus objetivos durante el siglo XXI, China ha realizado extraordinarios despliegues y posicionamientos geoestratégicos tanto hacia el oeste (Mar de China meridional, océano Índico, mar Arábigo e incluso, el mar Mediterráneo), como hacia el Este de su geografía (Latinoamérica). El proceso expansionista Chino hacia el Oeste tomó en cuenta el contrapeso que significa la India, su formidable rival del Sur de Asia y gran potencia emergente con alcance mundial. Al respecto, China ha forjado alianzas con estados como Pakistán, considerado en muchos aspectos enemigo de la India y otros, cuyas economías están recibiendo con beneplácito los capitales e inversiones chinas, a cambio de ceder espacios físicos estratégicos los cuales, prácticamente ya operan bajo soberanía china. La característica visible del proceso expansionista chino en dirección Oeste lo constituye el mecanismo de bloqueo y de estrangulamiento conocido como el Collar de Perlas[1] de la India el cual avanza hacia la conclusión y consolidación definitiva para mediados de la década de los 20 del siglo XXI.
En la dirección Este, el expansionismo chino ha establecido como objetivos penetrar y consolidar posiciones en Latinoamérica. Esta región reviste especial importancia para su geo estrategia por tres razones fundamentales:
- Representa el llamado patio trasero de los EEUU
- Es una de las mayores fuentes mundiales de suministro de materias primas básicas, principalmente minería e hidrocarburos
- Representa la región del mundo, hasta la primera década del siglo XXI, en la cual Taiwán contaba con el mayor número de aliados y socios comerciales
Actualmente es indudable el éxito de la agresiva penetración China en la región, al punto de ser catalogado como el puntal económico de Latinoamérica representado por ser el primer socio comercial y principal fuente de financiamiento e inversiones de Venezuela, Ecuador, Bolivia. Así mismo es el primer socio comercial de Brasil, Chile, Perú y Uruguay y es el segundo socio comercial de México y la Argentina. Posee una muy fuerte estrategia de penetración en el comercio y en el financiamiento de El Salvador, Panamá, Costa Rica, República Dominicana, y Cuba.
En el plano de las organizaciones regionales de Latinoamérica, China ha desplegado una muy intensa y exitosa penetración. Desde el año 1990 realizó acciones de acercamiento, intercambio y posicionamiento ante el Grupo de Rio y desde 1997 con el Mercosur. En el año 2004 China fue aceptado como observador permanente en la OEA y también ha adquirido estatus de observador en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas, Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y en el Parlamento Latinoamericano (ParLatino).
Situación Postpandemia
El SAR-Cov-2 ha puesto sobre la mesa el fenómeno de contagio universal acelerado en gran medida por la muy extensa e intrincada red de intercambios comerciales y de personas como consecuencia de la globalización. La pandemia se originó en China y se extendió de manera efectiva en un lapso menor de tres (3) meses a prácticamente, el mundo entero.
La muy rápida y extensa difusión de la pandemia sorprendió a casi todos los sistemas de salud en el mundo y ante la ausencia de vacunas y medicinas antivirales efectivas, fue necesario recurrir a las acciones de control basadas en el aislamiento y cuarentenas lo cual, ha causado una severa contracción económica mundial, representada especialmente por el colapso de la demanda de productos de hidrocarburos y energéticos, quiebras masivas de empresas en diversos sectores económicos, siendo afectado de manera muy severa el sector de servicios. Destaca el impacto en los segmentos turísticos, de viajes, de fabril con énfasis en la industria aeronáutica, de cruceros y en otras industrias como la del petróleo y gas natural, principalmente en los segmentos del llamado petróleo no convencional (Arenas bituminosas de Alberta, Canadá, Faja Petrolera del Orinoco en Venezuela, Campos de Texas y Dakota del Norte en los EEUU, Desarrollos de Vaca Muerta en la Argentina, entre otros).
El muy severo impacto económico mundial causado por la pandemia del SAR-Cov-2 ha causado una vuelta de miradas hacia China y las preguntas no se han hecho esperar, especialmente las relativas al necesario compartir de manera oportuna y efectiva la información y las experiencias que permitieran establecer medidas efectivas de contención y control de la pandemia. Investigaciones preliminares han determinado que China no actuó de manera “limpia” en informar al resto del mundo sobre las características y riesgos que implicaba el virus SAR-Cov-2 y existen informes de agencias de inteligencia los cuales demuestran que China mintió en por lo menos tres puntos claves de la pandemia[2]:
- Negar la transmisión entre humanos
- Silenciar a los médicos que hablaron del coronavirus
- Destruir informes de laboratorio
La nación asiática ha rechazado los cuestionamientos y acusaciones realizadas especialmente por los EEUU, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Alemania, Reino Unido y otros países occidentales de la UE[3], relativas al ocultamiento de informaciones claves sobre el inicio de la pandemia y el manejo sesgado de número de contagios y de los mecanismos de transmisión de la misma
La desconfianza de los ciudadanos de los EEUU hacia China superaba el 40% antes de la llegada del presidente Trump a la Casa Blanca en el año 2017 y ha escalado hasta el 66% para el momento de la llegada de la pandemia del SAR-Cov-2 al territorio continental en abril del 2020[4]. Los países de Europa Occidental, agrupados en la UE miraron hacia China para el momento de la llegada del presidente Trump al poder, sin embargo; la UE ha moderado y se podría decir, hasta cambiado su apreciación del acercamiento hacia China por varias razones:
- El reforzamiento del poder y el personalismo impuesto por el presidente chino Xi Jinping dificulta una apertura de la sociedad china
- La actuación china en la Organización Mundial del Comercio (OMC) causa frecuentes confrontaciones especialmente con Europa, debido a la falta de transparencia y la aplicación por parte de China de políticas industriales y de discriminación no arancelaria a las empresas extranjeras, se mantiene la fuerte intervención gubernamental en la economía y a la muy deficiente protección de los derechos de propiedad intelectual por parte de los chinos
La desconfianza previa se refuerza por el tema de la pandemia y como resultado; comienza a perfilarse una importante pérdida de la confianza especialmente por parte de los países occidentales y de Japón, de la condición de socio confiable que ha ostentado China durante los últimos cuarenta (40) años y se vislumbra una situación la cual, ya comienza a ser denominada como la Guerra Fría de Occidente Vs. China.
En su visita a la India en febrero del año 2020, el presidente de los EEUU, Donald Trump a la par que firmaba un acuerdo militar por un monto de 2600 millones de dólares, expresó lo siguiente: “Mi Gobierno trabaja con Pakistán para acabar con los grupos terroristas y para reducir las tensiones entre todas las naciones del sur de Asia”[5]
Esa expresión atrajo grandes vítores de la multitud presente, estimada en más de 110000 personas. Significa que EEUU está trabajando en aliviar tensiones con un enemigo tradicional de la India, Pakistán, en la búsqueda de fortalecer el llamado corredor Indo-Pacifico[6], estrategia desarrollada en contrapeso a la iniciativa expansionista China del Collar de Perlas y Ruta de la Seda en la región. Así, la India, el némesis Chino en Asia, adquiere un protagonismo principal al llegar hoy a ser considerado el “Reino del Medio”, en reemplazo de China, con alianzas más allá de lo comercial con las más importantes democracias de la región Indo-Pacífico como Japón, Corea del Sur, Australia e Indonesia. Como resultado, se vislumbra un efectivo contrapeso al agresivo expansionismo económico-militar Chino en la región del cercano y medio Oriente y brinda apuntalamiento al crecimiento y expansión económica de la India.
El fenómeno de la pandemia del virus SAR-Cov-2 impulsa la ya existente desconfianza hacia China por parte de los gobiernos occidentales y del corredor Indo-Pacífico. Así, comienzan a valorar con bastante atención dar un viraje final para tratar de desmontar el dominio chino sobre sus economías. La punta de lanza de esta nueva estrategia de detener la penetración china la encabeza los EEUU seguido ahora por Japón, Inglaterra, Australia e India, concentrando esfuerzos en la ahora llamada Eurasia, sin perder de vista las intencionalidades rusas en su alianza con China.
Más allá del aspecto concreto del inicio de esa llamada “Guerra Fría”, es inocultable el cambio de paradigmas de diverso orden, especialmente en las relaciones laborales y de negocios, que la pandemia del Coronavirus ha impuesto al mundo. Está sucediendo un parte aguas del cual diversos indicadores señalan de “Llegó para quedarse”. En ese escenario, la denominada confianza mutua asegurada adquiere una gran escala en las relaciones entre países y toma mayor impulso como valor fundamental por lo cual, ante la situación planteada con China, se deduce que viene un viraje, un reacomodo en las relaciones políticas y comerciales internacionales.
La velocidad y profundidad del viraje ya en progreso, es el aspecto clave que determinará oportunidades de protagonismo para algunas regiones y países.
De la Globalización a la Regionalización
Globalización.
Su meta principal es la integración económica mundial. El avance del proceso de globalización causó profundas transformaciones en la funcionalidad y las relaciones mundiales especialmente económicas, aunque en menor medida, en lo político y lo cultural.
Los efectos más visibles de estas transformaciones se materializan con el aumento exponencial del comercio internacional y de las inversiones externas directas, causadas por la creciente penetración y enlaces entre las economías y las finanzas internacionales, que superaron ampliamente a la producción de bienes y servicios.
La Globalización determinó el surgimiento de reglas y mecanismos impuestos por las principales potencias mundiales y entidades multilaterales -como el redespliegue industrial transnacional y la puesta en marcha de políticas financieras multilaterales- que, a diferencia de lo ocurrido en otras etapas del desarrollo de la economía mundial donde predominaba la interdependencia estatal, insertan de manera desigual a Estados y sociedades en la economía global. O lo que es lo mismo, facilitan la dinamización al mismo tiempo que contribuyen al estancamiento. La globalización posguerra fría ha producido el dominio mundial asimétrico por un reducido número de países quienes, también han mostrado el lado oscuro de su control mediante la imposición unilateral de políticas agresivas de penetración económica y política, apoyada en no pocos casos por despliegues y controles militares en regiones de su interés.
Actualmente se puede considerar que las ⅔ partes del comercio internacional en permanente aumento es manejado por las empresas transnacionales, quedando sólo el ⅓ restante reservado al comercio libre. Debido a este proceso distributivo, queda claro que son las empresas transnacionales los actores principales en la fijación de los precios. Por otra parte, las inversiones directas de las empresas transnacionales en el exterior han superado ampliamente al comercio, como factor determinante de la globalización. Los cambios tecnológicos han afectado no sólo al comercio exterior, a las inversiones extranjeras directas y al movimiento de capitales, sino también a la producción, al empleo y a la calidad de vida de franjas cada vez más amplias de población, generando desequilibrios al interior de los países y de las empresas, así como entre los países y las empresas.
La situación conduce a que no solo se globalizan los mercados y las inversiones. También sucede con las desigualdades sociales, el desempleo, la pobreza, las agresiones al ambiente produciendo profundas asimetrías entre las distintas regiones y los distintos sectores sociales, difíciles de mitigar. Las desigualdades se acentúan a medida que se avanza en el proceso de globalización, acompañado por la adopción del paradigma neoliberal que reina en el mundo actual, en el que el Estado baja notablemente su perfil y deja librada la producción y la distribución de los recursos a las fuerzas del mercado. El desacople entre la actuación empresarial transnacional y la debilidad institucional crea paradojas de países con economías robustas pero profundas crisis y malestar social que se refleja en recurrentes brotes de violencia local y la activación de grandes oleadas migratorias casi todas de carácter ilegal, por ejemplo; desde Latinoamérica hacia Norteamérica, desde la Europa del Este, Cercano y Medio Oriente, así como el África Subsahariana hacia Europa y los EEUU.
Regionalización
En una economía globalizada, el regionalismo se ha constituido en el mecanismo al que recurren los países para orientar su integración económica, promover el desarrollo interno e insertarse en el sistema internacional.
En los países en desarrollo el fin de la guerra fría y la apertura al libre comercio experimentado a nivel mundial, introdujo cambios en la participación del estado en la economía y a la modificación significativa en las políticas gubernamentales alejándose del proteccionismo a ultranza y suscribiendo políticas para consolidar los procesos de apertura, que aprovechan los beneficios del libre comercio. Sin embargo, de manera individual y bastante generalizada, la apertura al libre comercio globalizado de los países en desarrollo no se refleja en cierre de brechas internas y así, continúan presentando la situación de atraso económico y de escasa influencia política, similar a la época de la guerra fría. En esa búsqueda de acciones que permitan conectar bonanzas económicas de origen global con desarrollo nacional social, político y cultural, la regionalización ha demostrado ser una herramienta útil.
La regionalización conforma alianzas internacionales principalmente en los planos económico y político, bajo la justificación de los vínculos geográficos, históricos, lingüísticos y culturales entre los países involucrados, dirigidos a actuar en bloque para mejorar condiciones de negociación ante potencias mundiales, organismo multilaterales u otros bloques buscando superar barreras como el subdesarrollo, mediante la sustitución de importaciones, mejorar la competitividad o la ampliación de mercados. La Unión Europea, Mercosur, OEA, CAN, ALBA, entre otros, son ejemplos de institucionalidades regionales.
Todo esto nos conduce a que La Globalización será sustituida en los próximos 5 años por un nuevo fenómeno el de La Regionalización, autores tan importantes en geopolítica como Alexander Dugin ya visualizan un nuevo orden post-globalista encabezados por EEUU, Francia, Alemania, China e India más un nuevo polo islámico no-árabe (Irán/Pakistán/Turquía).
Como vemos aquí con mayor o menor certeza aquí está el germen de esta nueva realidad (algunos la intuyen como “new normal”)
Y aunque las predicciones de Dugin no lleguen a materializarse en un todo no cabe duda que el aspecto Regional tanto el como otros autores afirman recobrara el protagonismo en los años venideros.
Es aquí donde una región que preferimos llamarla de “reserva” podría cobrar un protagonismo no materializado hasta la fecha, y nos referimos en general a la región de Latinoamérica (LatAm).
LatAm una mejor China
La situación del reordenamiento de alianzas y de equilibrios económicos, políticos y hasta militares que se vislumbran para la región del Lejano Oriente y el Indo-Pacífico, configura un cuadro de potenciales nuevos alineamientos que podría desde el punto geoestratégico beneficiar a regiones hasta ahora no tomadas muy en cuenta con es la Región Latinoamericana (LatAm) y en particular desde el punto de vista energético a países como Venezuela.
La región de LatAm con casi 600 millones de habitantes que comparten un idioma en común, una religión, unos valores y una cultura similar luce como un potencial a desarrollar en un mundo que se moverá hacia las alianzas regionales y menos por las globales.
Por su extensión y su población representa un potencial polo regional. Con mano de obra “accesible” y con abundancia en recursos naturales de todo tipo para atraer inversiones de Europa y también para los EEUU podría llevarnos a coordinar políticas y lograr el desarrollo de la cuenca Atlántica de las Américas. De esta forma se podría consolidar el mundo Atlántico de un modo conveniente a todos equilibrando las fuerzas de las potencias occidentales, especialmente por la pérdida de influencia y peso propio que va a sufrir la UE, por la integración regional de muy alto nivel que ya está sucediendo en el lejano Oriente y en la región Indo-Pacífico.
La UE es el sistema de integración regional de mayor éxito en el mundo, al punto de disponer de un mercado único de bienes y servicios, recursos humanos y capitales. Así mismo diecinueve (19) de sus veintiocho (28) miembros hacen uso de la moneda común, el Euro y es común la política exterior y de seguridad.
En la UE el aspecto resaltante en lo económico, es la naturaleza complementaria de los mercados que poseen los miembros del bloque. Así, el destino de aproximadamente el 70% del comercio exterior de los miembros, tiene como destino otros miembros del mismo bloque regional.
En LatAm es evidente, desde hace ya varias décadas, la comprensión existente de la necesidad de efectuar la integración económica como una vía para enfrentar con mayor eficiencia sus respectivos procesos de desarrollo. Desde mediados de los años 60 del siglo XX, han existido diversos acuerdos e iniciativas de integración, sin embargo; ninguno puede considerarse verdaderamente exitoso.
La CEPAL, distingue dos niveles de la integración: El sub regional tales como: La Comunidad Andina de Naciones -CAN- y el Mercado Común del Sur – Mercosur- y el plurilateral representado en: Asociación Latinoamericana de Integración -ALADI-, la Unión de Naciones Suramericanas -UNASUR-, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América -ALBA- y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños – CELAC-. Cada uno tiene objetivos diferentes. Los acuerdos sub regionales están mejor estructurados y tienen objetivos más comerciales y concretos, mientras que los plurilaterales tienen una agenda dispersa y de compromisos más laxos y en ocasiones más influenciados por una agenda de tipo político.
Lo anterior presenta de manera resumida la disfuncionalidad y los pobres resultados obtenidos de la llamada integración latinoamericana, sin embargo; existen elementos claves que explican el muy limitado alcance y éxitos obtenidos. Pueden enumerarse:
- Base económica: A diferencia de la UE, en LatAm los mercados de los miembros de los mismos bloques subregionales, no son naturalmente complementarios. Los miembros del bloque generalmente producen casi lo mismo y entran en competencia por el mismo mercado, en consecuencia, se limitan severamente los intercambios comerciales y económicos.
- Base Geográfica: La enorme extensión geográfica y los obstáculos naturales, como la selva del Amazonas y la cordillera de Los Andes, sumado a la limitada capacidad de las vías de comunicación existentes especialmente carreteras y transporte fluvial, dificulta y encarece el traslado de productos y establecen barreras más importantes, que el proteccionismo arancelario.
- Nacionalismo y Soberanía: Los países de LatAm exhiben de manera casi natural una resistencia a la injerencia y la reciprocidad en temas sociales y políticos, los cuales son extensivos a lo económico. Así, las iniciativas de integración chocan frontalmente con el llamado “nacionalismo” el cual, generalmente tiene un gran arraigo porque se basa más en prácticas de caudillismo (Expresado de diversas maneras), que en la funcionalidad institucional sólida que permita el manejo de las situaciones y de acuerdos de cooperación.
- Ideologías: Los países de LatAm son susceptibles a cambios de gobiernos en los cuales, la ideología política actuando bajo esquemas de políticas de gobierno, se sobrepone a la actuación económica planificada basada en políticas de estado. Generalmente los gobiernos de turno abandonan planes emprendidos con largo alcance y así, se pierden años de trabajo, esfuerzos de coordinación y de negociaciones para acuerdos de cooperación. Existen varios casos de esfuerzos y tareas desperdiciadas. El abandono en el año 2006 de Venezuela de la CAN y su integración al MERCOSUR. En el mismo año 2006 el abandono de Venezuela del tratado de libre comercio conocido como G-3 conformado por México, Colombia y Venezuela. La adhesión de Venezuela en Julio del 2006 al MERCOSUR. La posterior suspensión por tiempo indefinido de Venezuela del Mercosur en el año 2017. Se destaca la salida de Venezuela de la CAN por razones estrictamente ideológicas, motivadas por la discusión individual propuesta por los EEUU de tratados TLC a los miembros de la CAN. Venezuela y Bolivia se opusieron a la negociación individual.
LatAm, especialmente Suramérica, es fuerte exportadora de materias primas y de mano de obra “barata” y en las últimas décadas se han realizado esfuerzos sostenidos para avanzar en la diversificación económica y para activar polos de desarrollo. Así, los países de la región trabajan en la captación de inversión directa mediante la figura de tratados bilaterales de comercio exterior y también, mediante acuerdo internacionales de Inversión. Por ejemplo, Colombia para el año 2017 utilizó los tratados de libre comercio como principal mecanismo para negociar con el exterior, con catorce (14) vigentes en ese momento y cuatro (4) adicionales en proceso de negociación. Perú en el año 2020, tiene vigentes veintidós (22) acuerdos comerciales con diversos países y organismos multilaterales, cinco (5) por entrar en vigencia y cinco (5) en proceso de negociación.
Si se logran acuerdos en fusionar los mercados de LatAm en una mancomunidad económica inicial con libre circulación del dólar y el euro además de las monedas nacionales y se van reduciendo los aranceles para facilitar el intercambio de bienes y servicios se abrirían oportunidades para LatAm. Muchas empresas occidentales hoy basadas en China, si los países de la región crean los estímulos adecuados, especialmente impositivos, pueden capitalizar parte de esa migración. Interesante esto porque crecería la demanda energética regional y se abrirían entonces grandes oportunidades para productores energéticos como Venezuela.
Referencias
1.-, El mundo post-globalista y post-coronavirus, según Alexander Dugin https://jornada.com.mx/2020/04/01opinion/018o1pol
2.-Rystad-energy_covid 19 report 9th edition 7 May 2020 GLOBAL OUTBREAK OVERVIEW AND ITS IMPACT ON THE ENERGYSECTOR
3.-The coronavirus butterfly effect six predictions for a new world order. http://www.fastcompany.com/90488665/the-coronavirus-butterfly-effect-six-predictions-for-a-new-world-order
4- What will the world be like when #coronavirus ends? Chris Skinners. The finanser.com
http://thefinanser.com/2020/04/what-will-the-world-be-like-when-coronavirus-ends-part-one.html/
[1] Estrategia “Collar de Perlas”: Apuntalamiento, mediante la creación de una cadena de bases y puertos, del objetivo geoestratégico de China dirigido a obtener el suministro sin límites de materias primas vitales y de recursos energéticos, especialmente hidrocarburos del Oriente Medio, así como lograr controlar las reacciones de estados vecinos y rivales como la India. https://elordenmundial.com/el-collar-de-perlas-chino/
[2] Reporte del periódico El Espectador de Bogotá del día martes 2 de junio 2020. https://www.elespectador.com/coronavirus/por-que-el-mundo-desconfia-de-china-y-ellos-del-mundo-articulo-918068
[3] China impone su relato dentro del país, pero pierde prestigio internacional, La Vanguardia 27/04/2020. https://www.lavanguardia.com/internacional/20200426/48721509033/china-estadisticas-pekin-wuhan-coronavirus-covid.html
[4] La desconfianza de los estadounidenses hacia China alcanza su punto máximo por el coronavirus, La Vanguardia 21/04/2020. https://www.lavanguardia.com/internacional/20200421/48669236533/desconfianza-estadounidenses-china-maximo-coronavirus.html
[5] Diario El País de España. “EEUU apuntala su alianza con la India” 24/02/2020 https://elpais.com/internacional/2020/02/24/actualidad/1582553325_494614.html
[6] Corredor Indo-Pacífico: Alianzas y coaliciones con La India como país central lideradas por EEUU, Japón y Australia como mecanismo de contención al expansionismo Chino y Ruso en la región. El llamado corredor tiene un carácter de muy alto valor estratégico para los EEUU y posee tratamiento formal en la Iniciativa de Seguridad Nacional de lo EEUU publicada en el año 2017. Ver https://www.whitehouse.gov/wp-content/uploads/2017/12/NSS-Final-12-18-2017-0905.pdf
AUTORES
JUVENCIO MOLINA A.
Ing. Electricista, Univ. de Los Andes, Mérida 1991
Especialista en Instalaciones Eléctricas, USB, Caracas, 2006.
- Profesor de Posgrado USB, Consultor Senior-Power, Oil&Gas, Utilities, Industrial Facilities.
- Secretario Nacional de la Asociación Venezolana de Ingeniería Eléctrica, Mecánica y Profesiones Afines (AVIEM) del Colegio de Ingenieros de Venezuela.
- Miembro de la Comisión de Energía ANIH
Contacto: [email protected])
OSWALDO GÓMEZ ARACIL
- Consultor
- Comisión Energía ANIH
- Coener